frecuente aparición de informes de organismos de control y publicaciones de medios
de comunicación sobre irregularidades y entuertos en los contratos suscritos por las
administraciones de Elsa Noguera y Eduardo Verano.
Miles de millones de pesos que debían destinarse a mejorar la calidad de vida y
atender las apremiantes necesidades de los habitantes de este departamento
terminan en los bolsillos de quienes integran el círculo de “amigotes” del grupo
político que nos ha gobernado en los últimos años.
El informe de la Contraloría General de la República sobre el destino de más de 14 mil
millones de pesos aprobados por el Órgano Colegiado de Administración y Decisión
(OCAD) de Ciencia y Tecnología para fortalecer las capacidades innovadoras en
empresas del sector agroindustrial en el departamento del Atlántico muestra como
esa plata fue a parar a entidades tan variadas en su actividad como un centro
neurológico, una comercializadora de cosméticos, una empresas de vigilancia, una
prestadora del servicio de salud visual vinculada a la moda y alta costura, y hasta otra
que ofrece servicios de diseño y estrategia de redes sociales. Yo me pregunto ¿Cómo
participa Amalín Hazbún en el negocio agrícola?
No es una opinión, es un hecho: Ninguna de estas entidades tiene que ver con las
necesidades de desarrollo que urgentemente requieren nuestros campesinos.
A los atlanticenses nos deben muchas explicaciones. La primera es la exgobernadora
Elsa Noguera y sus secretarios Miguel Vergara y Raúl Lacouture, cuyas firmas
aparecen en los documentos oficiales; así como los representantes legales de la
Fundación Centro de Excelencia en Sistemas de Innovación, entidad escogida a dedo
por Eduardo Verano el 31 de diciembre de 2019, pocas horas antes de terminar su
segunda administración, para que “repartiera la marmaja”.
A pesar de que la revista Cambio al publicar este escándalo el pasado 16 de
noviembre les dio la oportunidad de defenderse, los responsables siguen escondidosy callados, quizás esperando que con la llegada de las fiestas decembrinas y el año
nuevo a la gente se le olvide este otro zarpazo a los dineros públicos en el Atlántico.
Igualmente, tienen que rendir cuentas ante los organismos de control
correspondientes todas esas empresas que no tienen como actividad económica la
agroindustria, pero que metieron a sus arcas la plata de los campesinos.
Hoy por ningún lado se ven los resultados de ese oscuro contrato, que en el papel
tenía como objetivo “Potenciar el crecimiento y capacidad de innovación empresarial
en el departamento; con la creación de conexiones inteligentes entre reconocidas
consultoras de innovación nacionales e internacionales y las micro, pequeñas y
medianas empresas del Atlántico que estén interesadas en mejorar sus servicios,
productos o procesos con miras a aumentar sus ventas, ingresar a nuevos mercados,
aumentar la productividad, o alcanzar otras metas estratégicas”.
Cierro esta columna preguntando por otro convenio de cooperación, igualmente
firmado por Verano antes de terminar su segunda administración y ya con el
conocimiento de que Elsa Noguera sería su sucesora.
La Fundación Centro de
Excelencia en Sistemas de Innovación también se quedó con casi 6.000 millones de
pesos para el “Fortalecimiento del Sistema Regional de Ciencia, Tecnología e
innovación del departamento del Atlántico", con el fin de incrementar los niveles de
desempeño institucional del Sistema Regional de Ciencia y Tecnología e Innovación
del Departamento. Al mirar los documentos las cuentas tampoco cuadran.

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